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crisalida valle de otal

400 metros, ED sup, RS4, 85?, M8+/A1

"Crisálida", nueva vía de Aláin Andrés

La historia de dos caminos que por fin se encuentran

Desde que escalé una parte de Crisálida, pasados unos días, vagué desorientado como un pescador que se echa a la mar en su pequeña embarcación y es atrapado por una tormenta. Desperté en una balsa de aceite, el mar brillaba como nunca, su color opaco y yermo sólo reflejaba una figura desenfocada cada vez que me asomaba a las profundidades de estas aguas. He perdido aparejos de pesca , remos, agua y víveres. Creo que tampoco me habrían servido de nada. La contemplación se ha convertido en mí único objetivo. 

Una desgarradora canción de Lisabo con un título muy elocuente no paraba de sonar en mí cabeza. Hitzak gastazen dira. Disco ezarian. 2000 

"Gorputzak Gastatzen dira. ldeiak gastatzen dira. Hitzak gastatzen dira. Oroimenak gastatzen dira. Koloreak isiltzen dira. 

Zure nahiak mahai gainean barreiatzen dira. 

Eusten dute gorputzek. Zirgil egiten dute ideiek. ltotzen dira hitzak. Okertzen dira oroimenak. Galtzen dira sentimenduak. 

Ametsak beldurrerantz labaintzen dira astiro: Eta nik denbora osoan maite zaitut." 

Traducido sería algo así; 

"Los cuerpos se gastan. Las ideas se gastan. Las palabras se desperdician. Los recuerdos están disfrazados. Los colores se apagan. 

Tus deseos están esparcidos sobre la mesa. El cuerpo aguanta. Las ideas se estremecen. Las palabras se enfrían. Los recuerdos se pierden. Los sentimientos se pierden. 

Los sueños lentamente se convierten en miedo. Y te amo todo el tiempo

Siempre he temido compartir mis escaladas, remontarme a los orígenes de aquel niño que comenzó a trepar para huir del horror. Tendría 5 años, cuando encaramado a las peñas de Lamíndano, mí hermano con 7 ya aseguraba a mano aquella cuerda atada a mí cintura. Con los años aprendí que aquella cuerda no hubiera valido para nada. No había seguro alguno, solo la certeza de que de alguna manera la paz nos hacía mucho bien. 

El alpinista no es un artista cualquiera, existen grandes similitudes con todos aquellos que desgarran su alma hasta tal punto que, la incomprensión, el miedo, el punto y final de una obra pueden abocar a su locura y a su exterminio. Cuando compartes una obra y esta vuela por fin libre, los sentimientos son contrapuestos que no por ello negativos. 

Una madre yerma, de avanzada edad, ve partir a su niño que ya es un hombre. 

Volverá tras sus pasos a la penumbra con la vida en un bolsillo y una parte de su corazón en el otro. Encerrado en casa la ansiedad me atacaba pero no era capaz de leer el mensaje. 

Tuve claro, nada más despertar a la mañana siguiente, quién salió volando de aquella crisálida. Es ese amor verdadero que tanto anhelamos, aquel que tanto soñamos y a menudo unos afortunados encontramos. Aquel que nos quema con el mejor abrazo que puedas recordar pero que eres incapaz de mantener eternamente vivo. 

Como apunta la reseña de Crísalida, debemos buscarla tras nevadas húmedas o nieve humedecida por la lluvia que luego se hiele en esa nevera. 

La semana pasada ocurrió (vivo aquí y esto ocurre muy pocas veces, casi núnca ), para muchos era la hecatombe, se acababa el invierno en el Pirinéo. Llovió a mares y una fina capa de nieve remato el desastre. En mis ojos brillaba esa nieve escarchada. Los campos que rodean Torla amanecieron blanqueados por un mate hojaldrado, mís pensamientos cobraban vida de nuevo la luz del amanecer trato de distraerme. 

-Pues vamos a acabarlo como se merece, pensé.

El domingo subí guiando los 2 primeros largos de Crisálida, no podía parar de aullar en la aproximación. Subía como un cachorro, me adelantaba, volvía ... empujaba a la manada, y cuando la espera se hacía larga ante la llegada de la cordada, aullaba a la mañana. 

Sobre nosotros el Royo estaba precioso. La nieve estaba helada y por fin se dibujaba la otra ala de la crisálida. Podría sumar que las últimas escaladas me habían puesto a punto físicamente y liberado emocionalmente. 

Se acercaba la luna de lobo ( luna llena del 25/0112024). 

Hablamos de la cicatriz que divide la pared prácticamente en 2. Una línea evidente pero a su vez expuesta que va ganado en verticalidad a cada metro. El embudo de abajo te pone los pelos de punta, canaliza cualquier objeto que caiga de todo el frente occidental. Recomendaría escalar primero esta última ala antes de acometer la otra. Siempre es mejor no saber lo que tienes por encima ... Aunque considero que por dificultad la secuencia lógica quizá sea a la inversa. Por otro lado este ala quedará limpia de cualquier torpeza mientras viva. 

El pasado lunes fue un día raro, saque del armario la bata del colegio que aún conservo de la infancia y recordé como me solía escapar al bosque durante el recreo, mientras mis compañeros jugaban al futbol o se tiraban piedras entre ellos. Solía estar solo. Una vez me tiraron una de esas piedras mientras volvía y me abrieron la cabeza, nunca entendí el porqué. Quizás porque eran niños, pero nunca lo entendí, yo no lo hubiera hecho. 

Este pasado lunes, hice varias llamadas, mande varios mensajes, el recuerdo de aquella bata ensangrentada me ahogaba. Trate de evitar a toda costa el destino. No funciono, volvía a estar solo. Hace casi 15 años que había cerrado mí etapa de escaladas en solitario. Finalmente me encerré en la habitación de los trastos y comencé a preparar la mochila. 

Trate de no alterar el orden en casa hasta que no me quedo otra salida que compartir con Bea, Otal y Lola la cruda realidad, me esperaba una cita que llevaba eludiendo tiempo atrás. Sin su respeto y apoyo todo esto no sería posible. Soy consciente de la incertidumbre que les traslado. 

Me levanté casi sin dormir a las 4 de la mañana, el ritual del desayuno estuvo a la altura del momento, me tome mí tiempo. Sabía que la paz se ausentaría durante el resto del día. Conduje hasta la cabaña y estuve casi 1 hora reflexionando y tratando de buscar cualquier excusa para volver a casa, no era capaz ni de ponerme la polainas del tembleque. La temperatura ambiente y la subida prevista durante el día, hubieran sido suficientes argumentos. Probaré me dije ... a las 6 am dí el primer paso. Mi maltrecho tobillo se quedó en el coche un rato. 

Tropecé varias veces, la mochila pesaba mucho y no acertaba con los paños de hierba de otros días. Pronto apareció la nieve, estaba helada, muy helada. Puse crampones. Gane confianza. A pesar del bulto subí como un tiro hasta casi el nicho. Probaré, me decía. 

De repente aparecieron 3 luces al fondo del valle, corrían como demonios y dibujaban extrañas espirales. Se comieron el valle es un santiamén. ¿Que es eso?, pensé. Parecía subrealista. Se paran, tiran hacia Tendeñera, erran el camino, luego vuelven. Una jauría de lobos rabiosos pensé. Por fin su paso se acompaso ... No estoy solo. 

Abandone la chaqueta de abrigo, con un chaleco de plumas sería suficiente para pasar un posible vivac, me equipe y comencé a escalar. 1 O pitones, 2 juegos de Friends, fisureros, numerosas cintas, una joker de 50m y un kevlar de 46m ( no daba para rapelar Crisálida ), algo de comida y 1 litro de agua acompañaban a mi soloist en la mochila. La pared purgaba pétalos de hielo. Escalé en solo integral el hombro del corredor, la pared daba la bienvenida al amanecer. Me coloque bajo el embudo del primer largo allá donde nace la espina dorsal de la Crisálida. Monte reunión y ralentice el ritmo. No me enchufé a la cuerda hasta que apareció la primera persona. Identificados ( Carlos, Nacho y Kike de Jaca, no los conocía) ofrecí que alguno se apiadará de mí pero no ocurrió, a estas alturas una cordada no se separa así como así. 

- ¿ Cómo habéis subido tan rápido? En Bici eléctrica respondieron.

- Ah, vale!

No había tiempo que perder, las condiciones de la pared amenazaban nuestra intrusión. 

Dudé en escalar el primer largo sin cuerda, era fácil pero estaba acojonado. Pase el estrechamiento de 80 en nieve helada y progrese al aplomo de un muro vertical, monté reunión apurando cuerda. Este largo, en un invierno normal, desaparece tapado por la nieve. 

Para quién no entienda en la materia, la pared en solitario se escala 2 veces hay que bajar a recuperar la punta de cuerda fijada. Recuperé el largo y comencé a escalar uno de los mejores largos de nieve escarchada que haya escalado jamás. Unos platos de nieve helada suspendidos sobre patas inconsistentes de nieve húmeda sustentados por paredes frágiles heladas adornaban una placa de roca lisa y vertical 90 grados, tras 15 metros bajaba a 85 grados Al5+ X, amenazaba con derrumbe pues corría algo de agua. Ningún seguro en esos 15 m ese día. Por fin pude empezar a poner algún friend y la nieve mejoraba algo en tracción, monté reunión a 50 m. Recuperé el largo acojonado. Comenzaban a caer cosas. El siguiente largo me quitaría de en medio del circo bajo la pared W. Lo escalé muy rápido M5+/80 grados, otros 50 m hasta el aplomo de una goulotte vertical. La protección era peor que en Crisálida. T Había que clavar más. Los dos siguientes largos asustan desde la reunión. Tenía la esperanza de que si algo me pasaba la cordada de la otra vertiente del espolón acudiría en mí ayuda. En esta pared no hay cobertura ... ni llevo trastos raros. No los oía ... y ¿si se han ido? ... La nieve estaría hueca sobre los dos primeros largos de su vía. Escale vertical 90 grados hasta un bombo M7 protegible con el tótem azul pero la fisura estaba verglaseada, mis puntas no agarraban nada en la pared lisa. Los gemelos ardían. Puse un pitón y escalé el bombo M7 salida 95 grados. Continué por una extenuante goulotte a 85 grados con pasos aleatorios de M6/M6+ hasta apurar cuerda. Ambientazo! Buenísimo! Recuperé el largo, ju marear con la dinámica y la mochila era un suplicio, perdía pies a ratos era mejor tratar de medio escalar, pero la cuerda me sacaba, estaba muy tieso .. los brazos avisaban mientras yo jadeaba, me estaba pasando de vueltas. La goulotte seguía otros 15 metros hasta cegarse en un desplomillo por lo que la abandoné a derecha tras 5 metros M6+ para escalar a 80 grados hasta asomarme a la pared W. Mi idea era escalar la chimenea de salida a cima a la derecha de Crisálida pero en la cercanía trate de buscar una alternativa ... un muro negro y compacto me decía welcome y yo respondía ¡too much! 

Agazapado sobre el filo, la pared W es vertical y resulta morir en una cresta finísima e imposible. Llegar a la pared muy expo y tratar de ganar la canal central entre la W y mí bastión ... ,¿para qué? Era hojaldre puro, solté un Joeerr!, una escombrera vaya. Por allí no había futuro. Proseguí el largo hasta adentrarme en otra goulotte vertical a 85 grados M6 que me dejaba a mitad de altura del muro negro y compacto que defendía mi anhelada salida. 50 m reunión de 2 pitones. Llegue con las manos y brazos acalambrados. Debía beber y comer. Así lo hice. Recuperé el largo y por fín cuando llegaba a la Reunión ví a la otra cordada bajo el largo duro de su vía. Le pedí una foto y que tuvieran cuidado con los bloques encastrados de ese largo. Podían caer hacía mí. Joder ya vale ... pensé, estaba muy tensionado. Necesitaba relajarme. Fúe el momento más tenso de la escalada. No todo dependía de mí. Por un lado agradecía la compañía, por otro me estaba contaminando quería seguir mí camino pero si podía evitar pasar la noche allí solo tampoco estaba nada mal. Gran dilema! ¿Me pongo la bata de cuadros de la ikastola ( colegio )? 

Trate de escalar a derecha para ganar mí salida pero ni tenía knifeblades ni birdpeaks. Yo los hubiera necesitado para pasar eso. El kevlar anudado a mí cuello con un corredizo también hubiera sido de gran utilidad para no agonizar más de la cuenta en caso de caída. Solo tenía un gancho. Era un largo a abrir en artificial, los extraplanos no eran suficientemente finos. Mr Milwakee (taladro) hubiera disipado todo este rollo, mis bolsillos estarían llenos de polvo. Un polvo que con el paso del tiempo se disipa en partículas que se precipitan al suelo, la lavadora se encargara del resto. Heridas en la roca que atormentarían mí sueño, un sueño roto que tarde o temprano estallaría en pedazos. 

Mire atrás el muro brillaba, la luz del atardecer se colaba por la Tendeñera y Año 

( las planas bajo el Pico otal ) reflejaba una parte de luz que el muro absorbía. Que preciosidad descansa en paz pensé. Caí enamorado, una parte de mí quedo atrapado en aquel reflejo. Seguí escalando más despacio y algo recuperado pero lentamente a 80 grados M6 hasta colocarme a la misma altura que la R 9 de Crisalida pero a unos 30m a la derecha. Una chimenea algo descompuesta M5+ me situó a escasos 8 metros de la última reunión de Crisálida. Me descolgué del último bolt de este largo y escalé el paso que me quedo por liberar el día 13. En top rope lo veo más humano( ahora de mi arnés solo cuelgan 2 pitones y 3 friends). Escaló hasta la reunión, ¡que pasos más bonitos! La chapa 5 la quitaré y la 1 también. Lo véo más de M8 hoy. Llego justo cuando Carlos baja desde la cima. 50 metros para este último largo. Los demás van bajando. Fijo mí cuerda y les pido que no la suelten hasta que me haya conectado a la R9 de Crisálida tras recuperar mí largo. Me esperan un rato.¡ Muchas gracias!. .. 

Se hace de noche. Bajo arropado con ellos por la línea de rapeles mientras les guío y me dejo guiar por terreno conocido, somos cordada. Todo acaba con una cerveza y una tabla de quesos a las 21 en Torla. ¡Que grande es la montaña! 

Pero todo no acaba en esa cerveza. 

Hoy luna de lobo, he vuelto a aquella cabaña, mi hogar. Me acurruqué en su suelo hace tantos y tantos años... la paleta de colores se extiende hasta el firmamento, los pétalos helados que caen de la pared se entremezclan con el polen que desprende la mariposa. Aletea,se prepara mientras una sinfonía acompasada y casi imperceptible se proyecta desde la pared al valle, son los tintineos de los pétalos que resuenan al caer ¡que espectáculo! 

En la cima hay dos lunas, aquellas lunas que han acompañado desde sus orígenes a este niño que habita en mí interior . 

De la Crisálida por fin han emergido sus dos alas. 

Una luna está llena y aunque a la otra parece faltarle un pedacito, se me escapa una lagrimilla de felicidad mientras pienso ¿qué sería de nosotros sin estos sueños imperfectos? . 

No sé si algún día escalaré ese largo y medio que completará la otra luna. 

Solo sé, en la soledad del valle, en esta maravillosa luz que hoy proyectan estas 2 almas gemelas, que puedo entender la necesidad de la una y otra. Me siento afortunado porque todo cobra sentido para mí y quiero creer que el destino me ha protegido estos años para ello. 

Llámese Crísalida, la historia de 2 caminos que por fín se encuentran. 

Autor: Aláin Andrés, guía de montaña de Guías de Torla, Ordesa | Ilustración: Ainhoa Caporossi | Vídeo: Chechu Arribas