Era la primera vez que participaba en una carrera de estas características, sabía de su existencia, pero era una idea que nunca me había planteado, ya que estas pruebas me parecen un verdadero desafío, y más aún, para corredores de corta-media distancia. Lo cierto es que a veces las circunstancias te dirigen por los caminos menos pensados y así fue en esta ocasión. Entre el cierre de una etapa laboral y el inicio de otra, fue en el mes de agosto cuando me plantearon esta aventura. Inicialmente pensé que era una auténtica locura para mí, pero reflexionándolo detenidamente, consideré que más que una carrera era una aventura en toda regla: En Nepal -el país de los gigantes-, 160 km distribuidos en 6 etapas con un desnivel acumulado considerable, en altitud (2500-4000 m) y semiautosuficiencia. Sabía que si dejaba pasar este tren, no sería fácil volver a cogerlo, de forma que la idea estaba clara: me inscribí con el objetivo realizar el recorrido tranquila, disfrutando y esta vez, la competitividad se quedaba en casa.
La preparación de la prueba fue exigente, física y mentalmente. Sacaba huecos de dónde podía para salir a la montaña con la mochila llena de cosas innecesarias cada día; los ascensores dejaron de existir para mí con independencia del piso al que fuera: las escaleras eran mis amigas; me mentalicé de que el frío, la fatiga y algunos dolores me acompañarían. Por otra parte, escoger el material obligatorio fue una tarea compleja, ya que la conjunción de calidad, peso y volumen eran fundamentales.
Después de un largo viaje en autobús al más puro estilo nepalí, la carrera comenzó en Dhap, una pequeña aldea a más de 250 km al este de Katmandú y 2500 metros de altitud, con la cordillera del Himalaya en la lejanía al son de una banda de música local. Me apreté bien las zapatillas, empaqueté a conciencia mi mochila, moví un poco mis articulaciones para entrar en calor, respiré y pensé: “vamos allá, despacio y con buena letra”
Las jornadas fueron transcurriendo, recorrí caminos de piedras bastante mal colocadas, subí muchos escalones, baje otros tantos, pasé por recónditas aldeas, me crucé con todo tipo de animales de carga, atravesé puentes colgantes con bastante tráfico, coroné mi primer cuatromil –Pikes Peak (4046 m)- donde tuve que detenerme unos minutos a observar lo que tenía ante mis ojos: el Everest, el Lhotse, el Makalu y el Ama Dablam, entre otros. Pude disfrutar la cultura y la hospitalidad nepalí, cantos budistas en Tyangboche, levantarme a 3900 metros a los pies del Ama Dablam. Compartí muchos kilómetros, tés, almuerzos y frías veladas con personas excepcionales.
El punto final del recorrido fue en Luckla, me encontraba ya bastante cansada, con las piernas torpes y deseando quitarme la mochila de la espalda. Las sensaciones eran contradictorias: de felicidad –por cómo se había desarrollado la prueba- y tristeza -porque se terminaba-.
Ya de vuelta en casa y parcialmente recuperada, puedo afirmar que no me equivoqué cuando tomé esta decisión. Objetivo más que cumplido. A nivel físico he sido capaz de gestionarme, por primera vez, en una distancia larga, con peso y en altura. En el plano logístico, la elección del material ha sido bastante buena y ajustada -no he pasado demasiado frío y he logrado descansar cada noche-; como prendas fudamentales destacaría el pantalón cortavientos keppler y un plumas trx2 8501. El ritmo era frenético y era muy importante el secado rápido de la ropa (pantalón y camiseta corta) para proseguir al día siguiente en condiciones óptimas; al terminar cada etapa, había muy pocas horas de sol y era la misma ropa que me tenía q poner a la mañana siguiente, así que las prendas de Trangoworld fueron un verdadero acierto porque se me secaban al 100%.
He aprendido que el trabajo bien hecho con constancia e ilusión, suele dar sus resultados; que es más importante sentirse fuerte que serlo y que los objetivos grandes, a pasos cortos pero seguros, son más llevaderos.
Regreso con motivación para la temporada que viene, con ganas seguir sumando experiencias, de recorrer montañas y aprender con ellas. No tengo una próxima prueba seleccionada, de momento correré a nivel nacional hasta que pueda coger el siguiente tren.
Autor: Sonia Martín Ventura, Embajadora Trangoworld
Podcast en Gente Trangoworld, de Territorio Trail